Eh Kikino, no sea odeoso (mitad Odeón, mitad oso)
Yo no lloro. Voy a menos, que no es lo mismo. Ya lo dije alguna vez: en todo ámbito de la vida juego a todo a ganar (no entiendo a aquel que juega a algo y le da lo mismo), y esa premisa la llevo al extremo también en varios sentidos de la vida, ejemplo trabajo. Pero la idea de ganar, no me mueve de la idea del retorno: siempre espero poco. Porque como dice el gran Alejandro Dolina, si uno espera poco, es difícil que el resultado sea menos que poco; aún así, si lo que viene es menos, la decepción es menor; ahora, si uno espera poco, y viene una gratificación mayor, pues mayor será la alegría.
Ir a menos, que le llaman (debo serles sincero y confesarlo, porque a veces, sé que esa forma de plantear las cosas puede ser exasperante)