Son buenas noticias entonces. Sergio ha acabado muy bien la temporada (ha tenido tres cuartos de temporada, para mí, muy espesos y malos), pero aunque esté sin confianza, aunque no esté al 100% (que creo que llega a tope), es de esos jugadores que tienen magia en sus manos. No soy ni mucho menos un defensor de su juego, a veces muy irregular y poco efectivo, pero cuando se pone a jugar, es una delicia, y rompe partidos. Con talento, la cosa cambia...