Disculpad que llegue tan tarde, pero llevo toda la emana dándole vueltas. Me despierto a mitad de la noche y me lo pregunto, voy al baño y no dejo de pensar en ello, estoy trabajando y mi mente tiene un conflicto que no me permite concentrarme, hasta con una copa en la mano, se calienta, porque el subconsciente me impide beber.
¿Al final contra quién jugamos? ¿Contra Eslovenia o contra Eslovaquia?
No penséis que es un dilema banal. Si jugamos contra Eslovenia, nos enfrentamos a un pais surgido en el año 1991 tras la división de Yugoslavia, producto de los acontecimientos surgidos en el desmenbramiento de la antigua URSS. A los eslovenos les costo poco independizarse, en una guerra contra los serbios muy corta, tanto que se la conoce como la Guerra de los diez días. Forma parte de la UE desde el 2004 y se acogieron al área de Schengen, por lo que no es necesario ni pasaporte, ademas de utilizar, desde el 2007, nuestra misma moneda, el Euro. Vamos que sales a cualquier carretera con un puñado de Euros y el DNI y con autostop te presentas en Liubliana en un santiamen, sin necesidad de ir en patera. Encima, uno de sus idiomas oficiales es el italiano, que todos chapurreamos, por lo que la comunicación tampoco será un problema. Dicho de otra manera, si jugamos contra los eslovenos, lo tenemos a huevo para llevarnos el partido, porque no hay nada mejor que estafar y engañar a los propios y en el fondo, son como nosotros, hasta con su influencia gitana, de los romaní de la próxima Hungria.
Ahora bien, si el rival es Eslovaquia, la cosa cambia. Estos surgen de la división de ChecoEslovaquia en el año 1993, conformando las Repúblicas Checa y Eslovaca, aunque también por la influencia del fin del comunismo en la URSS. En el año 2004 se incorpora como país soberano en la UE y también disfruta del estatuto del área de Schengen, aquí tampoco es necesario ir con el pasaporte. Tampoco tendremos problemas de intercambio, pues su moneda también es el Euro. Eso si, para ir a Eslovaquia, tendremos que poner en el cartelito del autostop Bratislava, que es su capital. El idioma si puede ser un problema, porque estos solo hablan eslovaco, un idioma parecido al polaco, por lo que los catalanes tampoco sufriremos falta de comunicación. Por si fuera poco, también tienen frontera con Hungría, o sea que también podemos gitanear todo lo que nos de la gana.
¿Entendéis ahora mi dilema? Las diferencias son tantas, que plantear el partido, en función de uno u otro país, es un verdadero quebradero de cabeza y así llevo toda la semana.
A ver si las mentes lúcidas que afortunadamente visitan este lugar de culto, me sacan del dilema y aportan luz a esta disyuntiva que me tiene sin dormir.
“Pásalo bien. Disfruta de la vida. La vida es demasiado corta para anclarte y desanimarte. Tienes que seguir moviéndote. Tienes que seguir adelante. Poner un pie en frente del otro, sonreír y seguir avanzando” – Kobe Bryant