Celebramos un laborioso triunfo ante el otrora campeón de Copa. Nadie quiere debutar con una derrota (excepto Bona Fortuna, ¿qué pasa con Junpei?), y menos si tienen la dicha de abrir la temporada en casa. Mi equipo solo tenía un resultado en su presupuesto; repetir la agonía de la temporada anterior no era admisible. Para mis estelares el primer duelo de la temporada está revestido de cierta mística, tan igual que el segundo. Quizá eso se deba a que estas dos primeras jornadas se juegan sin aliento de forma, con las condiciones estándar y la única ventaja que percibe algún equipo es su nimbo de anfitrión.
Nosotros hicimos deslumbrar nuestra aureola y vencimos con apenas un cuarto formidable y tres irregulares. Fue bastante disputado el choque, hasta que los terceros doce pasaron factura al visitante y, como un atleta que tropieza estupefacto, fue un soplo utópico querer remontar la cuenta.
No obstante, fue una jornada opaca para los locales. Tan solo cuatro salieron airosos de sus juegos; los visitantes más temibles impusieron su jerarquía en la jornada inaugural. Ahora nosotros jugaremos de visita y, sospecho, será tiempo de arrogarnos esa categoría de "visitante temible". ¿Qué opinas, Yoshi?