No hay más ciego que el que no quiere ver, no hay más sordo que el que no quiere oír y no hay más tonto que el que no quiere entender.
Esto se ha convertido en una discusión personal y prefiero evitarla, así que no te responderé más. Cada cual que saque sus conclusiones y que judgue como crea oportuno. E insisto en que no me conoces de nada para afirmar lo que afirmas sobre mi persona.