Hola Uruguay,
La 59ª temporada también ha llegado a los créditos finales y - al menos desde una perspectiva determinada - ha sido más positiva que la anterior.
La selección sub-21 de Uruguay alcanzó la 30ª posición en la clasificación mundial juvenil, gracias también a la 16ª posición alcanzada en el torneo de consolación. En la fase preliminar del torneo de consolación sólo perdimos dos partidos. La primera de las dos derrotas fue la que marcó negativamente el resto del torneo, impidiéndonos clasificar entre los ocho primeros. Por desgracia, ese partido contra Irlanda se perdió por sólo dos puntos, a pesar de que la defensa zonal limitó el ataque interior irlandés. No ayudó que nuestro mejor marcador, Luis Rotundo, se quedara lesionado en la segunda mitad del partido. La 16ª posición nos metió en la parte más difícil del torneo final. De hecho, tras una fácil victoria contra Latvija, nos tocó caer ante el equipo más fuerte, Serbia, que de hecho ganó el torneo.
El resultado, decía, también es bueno porque desarrollamos relaciones con muchos entrenadores y hubo un frecuente intercambio de información y opiniones que ayudó al crecimiento de jugadores como Iniciarte, Zerpa, Colombo y Ferrando, por no hablar de Martirana, que estoy seguro de que ayudará a Canario a reforzar el sector de jugadores altos.
Durante la temporada también he seguido a varios jugadores de 20 años que serán la columna vertebral fundamental del equipo esta temporada. También tenía espacio para algunos jóvenes de 19 años en los que valía la pena invertir, como José Corchs, Fabián Ledesma, Felipe Tavokjian y Sebastián Gomez.
El problema, sin embargo, es otro: ¿estamos seguros de que el objetivo final de la próxima temporada es mejorar lo hecho en la que acaba de terminar? ¿Estamos seguros de que, si acabamos en el puesto 29 de la clasificación, la temporada será buena? A este respecto, mantuve un intercambio de opiniones con Canario, entrenador de la selección mayor. Canario argumenta - en mi opinión acertadamente (y estoy seguro de que no es el único a tener esta visión) - que los jugadores jóvenes con potencial histórico deben ser manejados conjuntamente entre la sub-21 y la selección mayor porque ellos serán los que determinen el destino de la selección mayor de Uruguay dentro de algunas temporadas. Estas consideraciones modifican los objetivos, ya que, por ejemplo, en la categoría sub-21 es mejor entrenar la penetración para facilitar el efecto elástico en la defensa exterior. Tal vez perdamos algunos partidos más, pero dentro de algunas temporadas tendremos jugadores que podrán defender mejor los colores de Uruguay.
Por lo tanto, mi intención - si me confirman como seleccionador del equipo sub-21- es establecer una estrecha colaboración con el entrenador del equipo mayor, para empezar a trabajar de inmediato con jugadores de 18 y 19 años con un gran potencial. El crecimiento de los jugadores de 20 y 21 años seguirá tal y como se hizo hasta la fecha, pero siempre ofreciendole la posibilidad al DT de echar un vistazo a lo que se está haciendo para seguir una estrategia.
Por el momento, les agradezco a todos por su atención y, en cualquier caso, también ha sido un placer pasar estos meses con vosotros y hablar con usted porque hay muchas cosas que unen a su país con el mío.
Cesc – el tano