Hola a todos:
En primer lugar, admitir el fracaso sin paliativos que representa quedar fuera del mundial, después de haber hecho un pobre europeo. Los resultados mandan, como en la vida real, y éstos no han estado a la altura de lo esperado ni por la comunidad española, ni lógicamente por nosotros mismos. Si en BB estuviera prevista la dimisión del seleccionador y las elecciones anticipadas, no os quepa duda de que dimitiría hoy mismo.
En segundo lugar deciros que estoy gratamente sorprendido por las reacciones de apoyo que nos estáis mostrando en unos momentos de bajón total. Os agradezco de verdad las palabras de aliento, en nombre del staff de la selección.
En tercer lugar, paso a exponeros el análisis del partido que ayer perdimos contra Brasil.
Como siempre, el rival estaba analizado al máximo detalle. Los brasileños tienen una buena selección, con excepcionales tiradores por fuera, e interiores de muy buen nivel también. Es un equipo con tendencia a jugar por fuera, aunque fueron variando sus ataques durante la temporada pasada, y con defensa individual prácticamente siempre. Los partidos en que habían utilizado táctica ofensiva interior en la T13, se contaban por derrotas, excepto uno de ellos contra un rival claramente inferior. Esta semana sus jugadores exteriores estaban en mejor forma que los interiores. De hecho, su mejor baza interior no pasaba de forma mediocre.
Esos datos, y algunos otros que no pondré por no extenderme más de la cuenta, nos inclinaban a pensar que, probablemente, nos atacarían por fuera. No obstante, teníamos claro también, que tenían opciones de convocar a nuevos jugadores y que ello podría condicionar nuestro planteamiento defensivo.
Por nuestra parte, con la posición de alero en baja forma (Zuya y Cabestany), y esperando defensa individual por parte de Brasil, entre otros factores, tuvimos claro que nuestro ataque debía ser exterior. Nuestra decisión pasaba por tener un perímetro potente, en forma excelente. Como Courel y los convocables Pardo y Eyundiano, tampoco podían ser de la partida (también baja forma), optamos por Antonio Pérez, el jugador seleccionable que más se adaptaba al perfil que buscábamos. Así pues, nos decidimos por la tripleta titular Lizaranzu-A.Pérez-Magariños.
Nuestro movimiento ofensivo iba a ser muy bueno combinando a estos tres exteriores con Betanzos y Campaspero como suplentes (el primero cubriría las posiciones de base y escolta, y el segundo la de alero). Al mismo tiempo, dadas las características del equipo titular, debíamos proteger lo máximo posible el rebote, y aprovechar especialmente las cualidades exteriores de las posiciones alero y ala-pívot. Todo ello nos decantaba por Princeton, como la táctica adecuada para afrontar el compromiso.
Una hipotética defensa individual de nuestra selección, podía no ser suficiente para parar su potente tiro exterior, máxime sabiendo que el rival tenía dos puntos más de entusiasmo que nosostros. Ello nos hizo tomar la decisión de jugar el partido arriesgando en defensa con una 3-2 y el comentado Princeton en ataque. Eso sí, pendientes de los brasileños por si convocaban a alguien más. Y así fue, faltando un par de minutos para el cierre de los cambios, incluyeron a Fidalgo y Sparschu, ambos interiores. Nosotros también en esos dos últimos minutos convocamos a Antonio Pérez, y pudimos cambiar la defensa a individual, por lo obvio de su orientación ofensiva interior.
Y el resto ya lo conocéis, durísimo castigo recibido en cuanto a faltas señaladas a nuestro equipo y en rebotes ofensivos de los brasileños, bastante por encima de lo que podíamos esperar, y derrota por 6 puntos, 3 más de lo que nos podíamos permitir. No es excusa, es simple divergencia entre lo ocurrido y lo previsto.