Este mensaje me ha hecho acordarme de una cosa graciosa. Viene una historia del abuelo Cebolleta.
Yo soy creativo de publicidad. Una vez, para un anuncio de Mitsubishi en el que el coche costaba un millón trescientas mil pelas (sí, ya hace tiempo), hicimos un anuncio falso en el que un tío ofrecía a su madre por 1.300.000 pelas, para poder comprarse el coche, claro, y decía que era amable, hacía muy buenas croquetas, cuidaba animales, etcétera. El titular decía algo así como: Harás lo que sea para aprovechar esta oportunidad.
Ese anuncio fue el más denunciado del año en el Instituto de la Mujer, recibimos cartas en las que nos decían de todo: "Claro, cuida animales... como sus hijos!", "¿Queréis que volvamos a la esclavitud para que las personas tengan un precio?", etcétera.
Y eso os cuento.
Me vuelvo a mi madriguera a rememorar batallitas.