Espera, que esto me ha pillado por sorpresa y tengo que hablarlo con mi psicólogo para ver cómo lo afronto.
Como siempre que te visito, espero que me invites a una buena sesión de jacuzzi y masaje. Y a ver si algún día te dignas a pasarte por mi pabellón, que siempre rechazas mis amables invitaciones.