Bueno, por fin puedo conectarme.
No entiendo nada. Creo que es el mayor EBBEA que he visto en toda mi vida. Hasta el seleccionador alemán se ha pasado confesando que han tenido mucha suerte.
Matices a parte, que los puede haber, como siempre (¿Cuál es el planteamiento perfecto? y no voy a soltar prenda, pero os aseguro que Batista es un más que digno suplente para Nazario aun jugando por fuera... que no os engañe su demarcación), hemos clavado el ataque y la defensa. Teníamos mejores formas que ellos. Nos esforzamos igual que ellos en el partido. Y nos la zumban. ¿De qué sirve un buen planteamiento?
Como podéis imaginar estoy que fumo en pipa.
Me toca las gónadas especialmente. Cualquier miembro del staff os puede confirmar que nunca, en estas dos temporadas, hemos preparado un partido tan a conciencia como éste. Ni la final del europeo nos llevó tanto curro. Era el partido clave del mundial. Normalmente me encargo yo del estudio del rival y de scoutear bien a todos sus jugadores, partidos, tácticas y os aseguro que nunca he realizado un informe semejante. Nunca hemos estudiado tanto a un rival y nunca hemos llegado a tantas conclusiones sobre cómo jugar, cómo perforarles todo y cómo pararlos. Y nunca el estudio ha sido tan fructífero: lo hemos clavado. Al 100%. Y a casa.
Y no es el 1º día. Es la 3ª vez que perdemos con Alemania. La 1ª acertamos todo completamente y perdimos. Aquel partido no era tan importante y la mala suerte fue evidente. No merecimos perder de 14, no tengo claro que mereciéramos perder siquiera. Después vino la final, donde la cagamos con la defensa y eso nos costó el partido. Ahora llega un partido vital y volvemos a tirarnos de los pelos tras acertar todo perfectamente pero con la diferencia de que además, hoy, teníamos mejor plantilla por las formas y las lesiones de los germanos.
Y es que éste era el partido más importante de todo el Mundial. Ganarlo era meterse en la final porque suponía cruzarse en semifinales con un rival claramente tocado de espíritu. Perderlo supone enfrentarse a la grandísima favorita y la selección más fuerte con muchísima diferencia: Italia. Era el partido clave. Lo hemos clavado. Lo hemos hecho perfecto. Y nos quedamos con cara de idiota. ¿Qué esperanza queda ahora? A mí ahora mismo ninguna. Mañana igual lo veo de otro modo pero dejadme ser pesimista por un día.