Los mares buzzerbeateros estaban revueltos, el viejo barco se hundía y la tripulación gritaba desesperada SOS, lo que se suele gritar cuando necesitas 135 cañones y tienes 96.
6 viejos marineros, comandados por el capitán Steen, un pirata sin patria ni bandera de habilidades desconocidas, y un viejo lobo de mar de apellido Echegoyen, trataban de compensar las debilidades de una nave que arrastraba el deterioro de haber sobrevivido a 21 batallas, algunas de ellas en casas de rivales temibles.
No hemos sido un buen barco trazando rutas en el mar, pero sí hemos sido fuertes en la lucha con otros barcos. Y ahora quedaba la lucha definitiva, en nuestro puerto, la que nos enfrentaría a la Fab Five, la perla negra de este tiempo, un Goliath que venía dispuesto a intercambiar golpes y que tras una batalla épica, acabó sucumbiendo por solo un punto.
Un solo punto que lleva a esta humilde nave a la gloria. Un punto que deja la octava, que ya luce en las vitrinas con su ribete rojo, 27 años ...